Tractorada en León para protestar por el trasvase de agua hacia Portugal. / E. S. D.

El Convenio de la Albufeira, mediante el cual España desembalsa agua de sus pantanos hacia Portugal para cumplir con la gestión conjunta de recursos hídricos, ha saltado a primera plana de todos los medios de comunicación durante las últimas semanas después de que los agricultores leoneses hayan rechazado de pleno cumplirlo por poner en riesgo las campañas de regadío de los próximos cursos. Ahora, España y Portugal, en una declaración conjunta, abren la posibilidad de cambiar el acuerdo debido a los efectos del cambio climático.

La sequía que afecta a España ha dejado los embalses al mínimo. En el caso de los regantes de León, estos consideran que el agua que permanece embalsada en los pantanos de Riaño y Porma -que se encuentran en torno al 30% de su capacidad- les pertenece tras un ejercicio de ahorro y rechazan su trasvase hacia tierras lusas, tal y como contempla el convenio internacional entre España y Portugal. En un primer momento, el Gobierno de Sánchez cerró filas en torno al acuerdo y rechazó frenar el desembalse a pesar de los estragos causados por la sequía.

Los regantes leoneses, conscientes de que por la compuerta de los embalses se les iba el futuro, decidieron tomar las calles y manifestarse en la capital de la provincia el pasado 20 de septiembre. Una manifestación que congregó a más de 2.500 personas y 263 tractores. No fue suficiente, puesto que el Ejecutivo persistió en su intención de no fallar a su socio en la Península. Los agricultores redoblaron sus amenazas y anunciaron medidas de «fuerza» como cerrar las compuertas de los embalses de Riaño y Proma de manera unilateral. Asimismo, pusieron sobre la mesa el hecho de que el agua no era desembalsada por motivos de consumo humano o producción agrícola, si no que respondía a intereses puramente crematísticos de las eléctricas, que soltaban el agua con el objetivo de producir electricidad y ganar dinero.

Finalmente, el Gobierno accedió a las peticiones de los agricultores el pasado 27 de septiembre y frenar el trasvase de agua. De los 400 hectómetros cúbicos que faltaban por soltar de los pantanos de la cuenca del Duero, el desembalse se ha frenado en los 200. Este miércoles el Gobierno de España y Portugal en una declaración conjunta afirma que «estas entregas se prevé que se sitúen en torno al 90% de los valores establecidos por el convenio», aduciendo, ahora sí, a condiciones excepcionales como es la sequía.

«Según las previsiones meteorológicas, se espera que las precipitaciones se mantengan por debajo de la media en los próximos meses, es fundamental asegurar la disponibilidad de agua y continuar la gestión coordinada para la aportación de caudales al inicio del próximo año hidrológico», expresa el Gobierno en su comunicado conjunto con Portugal.

Asimismo, los dos estados abren la puerta a reestructurar el Convenio de la Albufeira, el cual permanece sin cambios desde su firma en el año 1998: «Ambos países acuerdan celebrar, a lo largo del próximo trimestre, una reunión de alto nivel para evaluar el año hidrológico 2021/22 y planificar el futuro del problema de la escasez de agua y la sequía en la Península Ibérica.

Acuerdan también realizar, en noviembre, la sesión plenaria de la Comisión para la Aplicación y Desarrollo del Convenio (CADC), en la que se reforzarán los mecanismos para articular la gestión de las cuencas hidrográficas compartidas».